Evitando los Atajos

Antes de que puedas lograr algo que valga la pena y antes de que puedas recibir cualquiera de las promesas y bendiciones de Dios, tendrás que lidiar con la tentación de tomar un atajo. Nuestras cárceles y tumbas están llenas de personas que decidieron tomar un atajo. Lo interesante es que muchos de ellos estaban motivados por el deseo de hacer lo correcto, pero lo hicieron de la manera incorrecta. El problema no era el destino que habían elegido, sino el camino que tomaron para llegar a ese destino. La razón por la que elegimos tomar atajos no es porque no sabemos cómo llegar a donde queremos ir. La razón es que no queremos esperar o pagar el precio para llegar allí. Entonces, buscamos el camino de menor resistencia. La tragedia es que al final siempre perdemos mucho más que el tiempo o esfuerzo que evitamos.

Si alguien alguna vez mereció tomar un atajo, ese fue José. José era el más joven de once hermanos y el favorito de su padre. Por esto, sus hermanos lo odiaban y a los 17 años lo vendieron a comerciantes de esclavos y le dijeron a su padre que José había muerto. Fue llevado a Egipto, donde fue subastado a Potifar, el capitán del ejército de Egipto. Como esclavo, trabajó tan fuerte que Potifar lo puso a cargo de la administración de toda su casa. No era libre, pero al menos las cosas se movían en una dirección positiva.

Cuatro años más tarde se abre un atajo para José. La esposa de Potifar se sintió atraída por él y le ofrece la oportunidad de estar con ella. Piénsalo, José está lejos de su hogar, han pasado años, Dios no ha respondido a sus oraciones y la esposa de Potifar le hace una propuesta. José debe haber estado pensado; ¿Será ésta la oportunidad que estaba esperando? ¿Cuáles son las consecuencias de rechazar esta propuesta? Pero en medio de lo que parecía ser una decisión difícil, José sabía exactamente lo que tenía que hacer.

 En esta casa no hay nadie más importante que yo. Mi patrón no me ha negado nada, excepto meterme con usted, que es su esposa. ¿Cómo podría yo cometer tal maldad y pecar así contra Dios? Y por más que ella lo acosaba día tras día para que se acostara con ella y le hiciera compañía, José se mantuvo firme en su rechazo.

 – Génesis 39: 9-10 NIV.

José había determinado en ese momento que el hacer lo correcto era mucho más importante que hacer lo que era conveniente. Años más tarde, José se convirtió en el segundo al mando en Egipto, la nación más poderosa del mundo en ese momento y fue capaz de salvar, no solo a Egipto, sino también a toda su familia. A través del ejemplo de José aprendemos cómo evitar las trampas de tomar un atajo. Porque la verdad es que no es difícil identificar un atajo. Cuando miras tus opciones, aquellas que tienen elementos de engaño o que te hacen optar por violar tus valores o creencias, ese es un atajo que no vale la pena tomar. Para José, no importa cuál fuera la oferta, él había determinado que no podía “pecar contra Dios”.

Padre celestial ayúdame a ser como José, que se mantuvo firme en su decisión de no pecar contra ti y evitó el atajo que se le presentó. Gracias por tu palabra amado Dios, que me mantiene en el camino y me ayuda a librarme de la tentación de tomar atajos, porque yo también he determinado para vida no pecar contra Ti. Te amo con todo mi corazón y te doy gracias por tu gran amor y misericordia para conmigo.