Un Mundo Imperfecto

El vivir una vida perfecta no es algo que vamos a experimentar en este mundo. Habrá buenos tiempos, pero una vida perfecta, imposible. Entonces, ¿por qué muchos de nosotros nos esforzamos o al menos deseamos la perfección? Un matrimonio perfecto, una familia, carrera e incluso la imagen perfecta para publicar en las redes sociales. Quizás es porque en el principio el mundo era un lugar perfecto. No había miedo, ni dolor ni muerte. En el principio fuimos creados para vivir en perfección y por eso nunca podemos estar completamente satisfechos en un mundo imperfecto. Entonces, la pregunta es, ¿qué pasó? ¿Cómo recupero la perfección?

Al principio, cuando Dios creó el mundo, era un lugar perfecto, por lo que no había necesidad de leyes, pero sí había una regla: “pueden comer de cualquier árbol en el jardín; pero no del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque cuando comas de él ciertamente morirás”. Dios no quería ocultarnos nada, así que nos hizo saber que existía el mal, pero que era algo que nunca querríamos descubrir.

La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer: —¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?  —Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán”. Pero la serpiente le dijo a la mujer: —¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió. – Génesis 3:1-6 NIV.

El día que Adán y Eva rompieron la única regla que existía la imperfección entró en este mundo y se ha extendido e infectado a todos los humanos desde entonces, y no hay nada que podamos hacer al respecto. Mientras vivamos en este mundo, nunca podremos vivir una vida perfecta. Incluso cuando creas que tu vida es perfecta, solo mira a tu alrededor porque todo lo que te rodea es imperfecto. Por eso la perfección no debería ser nuestro objetivo, la salvación debería ser nuestro objetivo. Y, la salvación no se encuentra en algo sino en alguien.

Sepan, pues, todos ustedes y todo el pueblo de Israel que este hombre está aquí delante de ustedes, sano gracias al nombre de Jesucristo de Nazaret, crucificado por ustedes, pero resucitado por Dios. Jesucristo es “la piedra que desecharon ustedes los constructores, y que ha llegado a ser la piedra angular”. De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos». – Hechos 4: 10-12 NIV.

Padre celestial te doy tantas gracias por tu Hijo Jesucristo, porque solo a través de Él puedo ser salvo. Ayúdame para que la perfección no sea mi objetivo, sino mi salvación, que mis ojos se mantengan puestos en Jesús, el autor y consumador de la fe.