Es increíble lo rápido que cambian las cosas. Hace aproximadamente un mes, todos se estaban preparando para una temporada de primavera muy ocupada. La economía avanzaba y el futuro, al menos financieramente, se veía bien. Los números de reservaciones de viaje estaban en ascenso; vuelos, hoteles, alquileres de autos, restaurantes, parques, cines, conciertos, estadios deportivos esperaban unas espectaculares vacaciones de primavera, verano e incluso invierno. Los números para las industrias de vacaciones y entretenimiento solo se movían hacia arriba, pero lamentablemente para la mayoría de las organizaciones cristianas los números estaban en declive. La gente estaba demasiado ocupada trabajando, viajando y tomando selfies. Luego comenzaron a aparecer informes de noticias sobre el virus COVID-19 en la China, pero se nos dijo que no nos preocupáramos porque este virus no nos afectaría a nosotros. Luego nos dijeron que el virus había llegado a nuestras costas. Lo próximo que nos dijeron es que necesitaríamos cerrar durante un par de semanas y ahora nos dicen que necesitaremos cerrar durante al menos todo el mes de abril y puede que incluso la mayor parte del verano, si no todo el verano. Ósea meses. De repente, la seguridad financiera se ha convertido en inseguridad financiera y las agendas ocupadas se han eliminado por completo. Ahora los números se invirtieron, los viajes y entretenimiento se han derrumbado por completo y la asistencia a la iglesia en línea nunca ha estado más alta. Es increíble lo rápido que cambian las cosas, las personas ya no están tan ocupadas como antes. Ninguna persona en la historia del mundo tuvo una agenda más ocupada que Jesús. Básicamente tuvo 30 años de preparación para salvar a todo el mundo pasado, presente y futuro en tan solo tres años. Era la persona más buscada y famosa de su generación y se convirtió en la persona más buscada y famosa en toda la historia de la humanidad. Pero no importa cuánto creciere su agenda o fama, Jesús siempre priorizó pasar tiempo a solas con Dios.
Sin embargo, las noticias sobre Él se extendieron aún más, por lo que multitudes de personas vinieron a escucharlo y a curarse de sus enfermedades. Pero Jesús a menudo se retiraba a lugares solitarios y oraba. - Lucas 5: 15-16 NVI.
El mundo entero está en cuarentena; es hora de detenernos, de orar y de alabar a Dios y hacer que esto sea siempre nuestra prioridad. No solo cuando las cosas no van bien, sino también cuando van súper bien. Quiero alentarte a que te comprometas a menudo a hacer una pausa, a orar y a alabar a Dios, y quizás descubras cuan rápido las cosas pueden cambiar. Padre celestial es hora de que me detenga, de que ore y de que te alabe, gracias porque es un privilegio poder acércame a Ti y pasar tiempo a solas contigo. En tu presencia hay paz, gozo y seguridad amado Dios. Cuando me detengo, oro y te alabo todo lo que me podría causar temor cambia rápidamente, porque Tú me das la paz que sobrepasa todo entendimiento y el gozo de mi salvación que es mi fortaleza.