La confianza es un pilar fundamental de cualquier sociedad exitosa. La confianza es la firme creencia en la confiabilidad, veracidad, fortaleza y habilidades de algo o alguien. La confianza es una parte esencial de cualquier relación, de cualquier institución y es la base de cualquier comunidad saludable. Cuando perdemos la confianza en nuestras relaciones y nuestras instituciones, cada parte de nuestra sociedad comienza a resquebrajarse. La mayoría de las personas en diferentes medidas y por diferentes razones sufren de problemas de confianza. El problema es que la desconfianza es el camino que conduce al colapso de las relaciones, instituciones o comunidades saludables. Pero la confianza es el camino hacia relaciones, instituciones y comunidades saludables. Entonces, ¿en quién podemos confiar? La terrible verdad es que no podemos confiar plenamente en nadie, y como no podemos confiar en nadie, hemos elegido confiar en nosotros mismos. Suena bien, el único problema es que casi todos tus problemas son el resultado de haber confiado en tu corazón. Piénsalo, si no hubieras confiado en tu corazón, ¿cuántos remordimientos habrías evitado? Así que, de nuevo, ¿en quién podemos confiar?
Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.- Proverbios 4:5-6 NIV.
La razón por la que nos metemos en tantos problemas es porque nos cuesta confiar en Dios. Lo que en definitiva no es muy inteligente, porque Dios conoce el resultado de todas y cada una de las posibles decisiones que podamos tomar. Nosotros no. En lugar de confiar en nuestros corazones, debemos aprender a confiar en Dios con todo nuestro corazón y Dios promete que Él tomará todos nuestros caminos relacionales, financieros, morales y espirituales que están llenos de altas y bajas y los allanará. ¡Que gran promesa amado Padre celestial! Tú eres el único confiable y el que realmente puede allanar el camino de cada una de las áreas de mi vida, sólo tengo que confiar en Ti de todo corazón y no en mi propia inteligencia. Perdóname por las veces que no lo hago y dame la sabiduría que necesito para confiar plenamente en Ti.