En el mundo físico y geográfico, la dirección en la que estás caminando va a determinar tu destino. No son tus intenciones o tus sueños y esperanzas lo que van a determinar tu destino, es el camino que elijas tomar. Lo mismo sucede en cada área de tu vida diaria, que tu destino relacional, moral, financiero y en cada área de tu vida será el resultado de los caminos que elijas recorrer. Si eres un adicto al trabajo, ese es un camino con un final predeterminado. Terminarás habiendo alcanzado alguna meta profesional o financiera, pero también terminarás descontento de tu familia. Si vives utilizando el crédito para mantener tu estilo de vida, el final de ese camino se llama estrés y a menudo la quiebra. En cada área de tu vida, la dirección en la que elijas caminar determinará tu destino. El problema es que, cuando se trata de nuestra vida personal, creemos que podemos ignorar o violar la ley del camino, que dice que tu dirección, no tus intenciones, determinarán tu destino. Hay muchas personas bien intencionadas que se despiertan un día y se preguntan, ¿cómo llegué aquí? ¿Cómo terminé en la ruina financiera, con una familia rota, sintiéndome vacío y deprimido? La respuesta es simple, el camino que elegiste te ha llevado a donde estás. Muchas veces las personas se enamoran tanto del camino que casi nunca se preguntan, ¿a dónde termina este camino? La verdad es que para bien o mal todos los caminos tienen un fin predeterminado. Si quieres saber si estás caminando en la dirección correcta, disminuye tu velocidad y observa las señales en el camino. Pero no te preguntes, ¿a dónde estoy? Pregúntate más bien, si sigo por este camino, ¿a dónde voy a terminar mañana o al día siguiente? Quizás es hora de recalcular, puede que sea el tiempo de encontrar la primera salida y dar la vuelta.
"Yo soy el camino, la verdad y la vida". Jesús.
Padre Celestial gracias por enseñarme que al igual que en el mundo físico, el camino que tome me va a llevar a un destino, porque a veces algo tan obvio puede pasar completamente desapercibido, primeramente elijo seguir a Jesús cada día de mi vida, porque Él es el camino que me lleva a la vida eterna, y segundo elijo seguir el camino que me muestra tu palabra para cada área de mi vida. Ayúdame a detenerme y a dar la vuelta en cada situación que sea necesario.