Manteniéndote Anclado

Solo iba a ser una noche de diversión y ahora está embarazada. Se juntó con las personas equivocadas y ahora está en la cárcel. En el altar dijeron, “hasta que la muerte nos separe” y ahora se están divorciando. Invirtieron sus ahorros en un negocio y ahora están declarándose en bancarrota. Todos comenzaron con buenas ideas, pero en algún momento de sus vidas se desanclaron o quizás nunca estuvieron anclados y luego la corriente de este mundo los arrastró.

Por eso es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo. – Hebreos 2: 1 NVI

La habilidad de mantenerse anclados en cualquiera área de nuestras vidas no depende de cuánto sabemos o cuán comprometidos estamos con Dios. Sólo tendrías que preguntarle a Salomón, que a pesar de toda su experiencia, sabiduría y compromiso eventualmente Dios le quitó el reino. Para mantenerse anclado es necesario prestar más atención y obedecer a Dios cuando nos gusta y cuando no. Cuando estamos de acuerdo y cuando no. Y aun cuando entendemos y cuando no entendemos.

Una de las maneras en que podemos evitar ser arrastrados por la corriente es tener un árbitro; alguien en quien confiamos y respetamos por su experiencia y compromiso a hacer lo correcto. Esto por lo general significa que esa persona haya vivido lo suficiente para aconsejarnos y asesorarnos. Nuestra tendencia es la de escoger a personas contemporáneas a nosotros o que están pasando por lo mismo que estamos pasando. Por ejemplo, si estás atravesando un posible divorcio no escojas a alguien que se divorció, elije una persona que se haya mantenido casado por treinta o cuarenta años. O si estás teniendo problemas financieros no escojas a alguien que se haya declarado en bancarrota, escoge a alguien que haya tenido éxito financiero por mucho tiempo y que nunca se ha declarado en bancarrota. No es que no podemos aprender de los errores de otros, es que podemos aprender mucho más de aquellos que evitaron cometer los errores. Parte de prestar más atención es tener a alguien que te ayude a mantenerte anclado.