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La mayoría de las personas se despiertan todas las mañanas con la esperanza de construir una mejor vida para ellos y las personas que aman. Espero que seas una de esas personas, porque como yo lo entiendo, Dios siempre quiere conducirnos a cosas mejores. El problema es que cuando se trata de mejorar, la tendencia de nosotros es enfocarnos en asuntos externos mientras que Dios siempre enfoca en asuntos internos. Nuestro enfoque es mayormente en los aspectos naturales de la vida, pero el enfoque de Dios está en los aspectos espirituales de la vida.

» Pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no solo para la vida presente, sino también para la venidera”. – 1 Timoteo 4: 8 NTV.

Mejorar en cualquier área de la vida debe comenzar dentro de ti. No importa cuán comprometido y dedicado estés a mejorar, lo que esté sucediendo dentro de ti afectará todo lo que suceda afuera de ti. Que lo que sucede espiritualmente tendrá un impacto directo en lo que sucede en el mundo natural. Y, cuanto más le permitas a Dios trabajar en ti, más podrá Dios trabajar a través de ti.

El entrenamiento físico es bueno, pero el entrenamiento espiritual es aún mejor porque lo que sucede dentro de nosotros para bien o para mal afectará todo lo que sucede fuera de nosotros. La buena noticia es que el entrenamiento espiritual es mucho más fácil que el entrenamiento físico, todo lo que necesitas hacer es crear una rutina diaria de crecer en tu relación con tu Padre celestial a través de la oración diaria y la lectura de Su palabra.

Padre celestial sé que Tú quieres lo mejor para mi vida, Tú quieres que cada día yo sea mejor y yo también así lo deseo, por eso te pido que me ayudes a ser consistente y disciplinado para cumplir con mi rutina diaria de pasar tiempo contigo, porque es la única manera de que crezca espiritualmente y puedas trabajar en mí y a través de mí.