Imagínate que, al igual que en las películas, tuvieras una bola de cristal por la que pudieras ver y predecir el futuro. Ahora imagínate que por causa de lo que vez pudieras ajustar y tomar las decisiones necesarias para evitar los malos resultados y tomar las decisiones que conduzcan a los buenos resultados. Pues no imagines más, porque ya sea que lo creas o no, todos tenemos una bola de cristal. De hecho, no tenemos una, sino dos y los llamamos los ojos.

Si quieres saber cómo será tu vida en el futuro, es simple, ¿en qué estás fijando tus ojos? Porque lo que ves es lo que obtienes. Si lees o miras la política a diario, entonces la política moldeará y definirá la manera en que interactúas con los demás. Si buscas en los sitios de compras de manera consistente, esto determinará la forma en que gastas tu dinero. Y, los tipos de películas, programas o telenovelas que veas van a predecir muchos de tus comportamientos futuros. Porque, lo que ves es lo que obtienes.

Jesús lo expresó de esta manera: “Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo”. En otras palabras, dondequiera que fijes la vista, esa será la dirección en la que viajará el resto de tu cuerpo.

Jesús advierte que lo que entra por tus ojos determinará tu futuro. Que si no tienes cuidado con aquello a lo cual expones tus ojos, terminarás con una visión distorsionada de la vida. Si expones tus ojos a las cosas equivocadas, tendrás una perspectiva errónea. Pero, si los expones a las cosas correctas, podrás ver claramente los peligros que se esconden en la oscuridad.

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” Hebreos 12: 2

Padre Celestial ayúdame a exponer mis ojos a lo correcto para que yo pueda ver claramente cualquier peligro que se esconde en la oscuridad, gracias por mostrarme que mis ojos son la lámpara de mi cuerpo. Te pido que me ayudes a mantener mis ojos puestos en Ti amado Jesús, para que la dirección en la que viaja el resto de mi cuerpo siempre sea hacia Ti y hacia tu verdad que me hace libre y me llena de luz.