¿A dónde vas?

La persona promedio habrá caminado aproximadamente 100,000 millas en su vida. La pregunta es, ¿cuántas millas has caminado tú? Y lo más importante, ¿a dónde vas? ¿Estás caminando sin rumbo? ¿O vas a un lugar específico? Lo cierto es que la dirección determina el destino. Que donde termines en la vida dependerá de los caminos que elijas recorrer.

Vivo en el sur de la Florida y si quiero ir a Disney World tengo que tomar la autopista en dirección norte porque si la tomo en dirección sur terminaré en Key West. En geografía, es obvio que todo camino tiene un principio y un final, pero cuando se trata de nuestras vidas diarias, muchas veces no es tan obvio. Cuando hablamos de nuestros caminos morales, financieros, familiares y espirituales, el problema es que muchas veces no hemos examinado el camino en que estamos caminando. Sabemos lo que queremos, pero a menudo algunos vamos en la dirección equivocada y otros simplemente están caminando en el camino equivocado.

El problema es que en muchas áreas de nuestra vida cotidiana creemos que somos tan hábiles, inteligentes y talentosos que podemos elegir caminar en la dirección incorrecta o en el camino equivocado y aún determinar nuestro destino. Pero eso no es posible, porque la dirección determina el destino. Puedes tener las mejores intenciones, o una educación excelente, puedes tener grandes sueños y mucha motivación, pero si vas por el camino equivocado o en la dirección errada, nunca llegarás a tu destino deseado.

Entonces, DETENTE y pregúntate, ¿a dónde voy? ¿A dónde voy en cuanto a mi educación, profesión, salud, relaciones, finanzas, espiritualmente y moralmente? ¿El camino que estoy recorriendo me llevará al resultado deseado? Recuerda que la dirección en la que vas caminando va a determinar tu destino, no tus sueños, deseos o intenciones. Entonces, detente y, si no estás seguro, busca dirección o consulta el mapa de Google para el alma, la Biblia.

Escuche esto el sabio, y aumente su saber; reciba dirección el entendido. – Proverbios 1: 5 NVI.

Padre Celestial ayúdame a detenerme para que pueda preguntarme a dónde estoy yendo en cada área de mi vida, porque la dirección que estoy tomando es lo que va a determinar mi destino, gracias por tu palabra que me da la sabiduría y la dirección que necesito para tomar el camino correcto, gracias porque tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino.