El amor es una decisión

Ningún otro tema ha impactado más la historia de la humanidad como el tema del amor. El amor ha impactado a todas las personas, culturas, sociedades y períodos de la historia. Se han escrito más poemas, libros, canciones y películas sobre el amor que sobre cualquier otro tema. El amor es la parte central de nuestra existencia. Desde el momento en que nos formamos en el vientre de nuestra madre, buscamos la calidez y la seguridad que nos da el amor. Esto se debe a que fuimos programados con la necesidad de amar y de ser amados. Pensarías que con tantas historias y experiencias a estas alturas deberíamos de ser unos expertos en el amor. Sin embargo, el amor sigue siendo tan misterioso y confuso hoy en día como lo ha sido en cualquier otro momento de la historia. El misterio no es tanto enamorarse, eso es fácil. El misterio es permanecer enamorados.

La tasa de divorcio lo dice todo, muchas personas se enamoran y se casan, pero pocas son capaces de permanecer enamoradas. Para muchos de los que se enamoran, el problema es que ven el amor a través del lente de sus sentimientos y emociones. Pero si somos sinceros, nuestros sentimientos y emociones constantemente están cambiando, y peor aún, muchas veces nos meten en grandes dificultades. Por esta razón nunca deberíamos basar el amor en nuestras emociones; más bien deberíamos entender que el amor es una decisión. Una decisión que nunca debe sujetarse a nuestras emociones o a las emociones que otros nos hacen sentir.

Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.

No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros.

– Juan 15: 12, 16-17

El amor no es una emoción. Y como dije anteriormente, nuestras emociones nos meten en problemas constantemente. Algunas de nuestras peores decisiones fueron tomadas en base a emociones. Amar como Jesús amó es una elección que no depende de las acciones de los demás. Ni siquiera está sujeto a ser amado por los demás. Amar siempre es nuestra decisión y nunca debe depender de lo que hacen o no hacen las otras personas. Debemos decidir amar a aquellos que merecen ser amados y a los que no, simplemente porque nuestro Padre Celestial decidió amarnos cuando no nos merecíamos su amor y nos escogió para que nos amasemos los unos a los otros como Él nos ama.

Padre Celestial el amor que Tú me mostraste al salvarme a través de tu Hijo Amado es algo que tengo que recordar a diario para decidir amar a otros así como Tú me amas a mí, porque no hay nada que Tú me pidas que yo haga que ya Tú no lo hayas hecho antes por mí, tu palabra dice que fui reconciliado contigo aun siendo tu enemigo. Gracias por enseñarme que el amor es una acción y no una emoción. Ayúdame a amar como Tú amas, te lo pido en el nombre de Jesús, amén.