DIOS, FAMILIA Y LOS DEMÁS | Me he convertido en mis padres

Como padres, nuestro principal objetivo es lograr que nuestros hijos al crecer tengan relaciones saludables y sean maduros. Es decir, que como adultos tengan relaciones saludables. Y, que cuando crezcan sean maduros, emocional, moral y espiritualmente.

Como adultos, la salud de nuestras relaciones y el grado de madurez que alcancemos pueden atribuirse directamente a nuestra relación o falta de relación con nuestros padres, con Dios y con quienes interactuamos fuera del hogar. Esto quiere decir que nuestras relaciones son el indicador más poderoso de quiénes somos hoy en día y en quién nos convertiremos mañana.

Como adulto, imagínate que al mirar hacia atrás en algunos de los momentos más cruciales de tu vida, pudieras aumentar o disminuir algunas de las relaciones buenas y malas. O imagina que al encontrarte al borde de tomar una decisión crucial tuvieras una buena relación con Dios y con aquellos que podrían darte el mejor consejo. Lo que descubriríamos es que el aumentar o disminuir las relaciones correctas nos habría ayudado a evitar algunas de las decisiones y experiencias más dañinas de nuestras vidas.

Como adultos, no podemos volver al pasado y ajustar los niveles de relación en nuestras vidas. Pero actualmente sí podemos optar por rodearnos de personas sabias, de personas que no solo saben lo que es correcto, sino que también hacen lo que es correcto. Y sé que si nos rodeásemos de más personas sabias, terminaríamos siendo más sabios.

Si eres padre, puedes hacer que tus hijos eviten la mayoría de las decisiones y relaciones perjudiciales, ayudándolos a disminuir las relaciones potencialmente dañinas y a aumentar las relaciones potencialmente beneficiosas. Porque, así como tu salud depende de las personas con las que te relacionas, el futuro de tus hijos, para bien o para mal, depende de las personas con quienes ellos se relacionan.

Hace tres mil años Salomón escribió:

El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado – Proverbios 13:20 NIV.

Amado Padre Celestial tu palabra siempre trae el máximo de beneficio a mi vida y esta gran verdad de que las personas sabias me van a ayudar a ser más sabio y las personas necias van a hacer que salga mal parado no es una excepción. Gracias por mostrarte que puedo evitarle mucho dolor a mis hijos enseñándoles y viviendo este principio, ayúdame a ser obediente a lo que me mandas a hacer, porque es siempre para mi bienestar presente y futuro.