La Esperanza Lograda

Si algún día esperas lograr algo que valga la pena, necesitas entender que las grandes cosas llevan tiempo. Un gran negocio, una gran familia, un matrimonio o hijos llevan tiempo. Y, quien esperas ser y lo que esperas hacer, no solo tomará tiempo, sino que también tendrá que pasar por la prueba del tiempo. Porque antes de que puedas alcanzar lo mejor, primero tendrás que atravesar un período de injusticia y de dolor. Se necesitan nueve meses de incomodidad y dolor para traer a un niño a este mundo y muchos años difíciles y frustrantes antes de poder criarlo para que se convierta en un adulto exitoso. Moisés paso 40 años de frustraciones dando vueltas en el desierto antes de que el pueblo de Israel pudiera entrar en la Tierra Prometida. Cuando era adolescente, David fue ungido rey, pero antes de poder sentarse en el trono tuvo que atravesar 15 años de dificultades increíbles. E incluso a Nehemías, que aunque solo le costó 52 días reconstruir los muros de Jerusalén, esos 52 días fueron precedidos por años de preparación frustrante.

«La esperanza postergada aflige al corazón, pero un sueño cumplido es un árbol de vida.» – Proverbios 13:12.

Desafortunadamente, nuestra generación actual esta llena de autoestima, pero vacía en cuanto a tolerancia y paciencia. Hoy en día, esperar o pagar el precio no es algo que a la gente le gusta hacer. Ven la injusticia y el dolor como una razón por la cual rendirse, pero Dios ve la injusticia y el dolor como el marco a través del cual se desarrollan grandes cosas. El problema es que el rendirse enferma el corazón; te cansarás de llorar y quejarte de que otros parecen estar avanzando mientras que tú parece que te estás quedando atrás. Si no eres paciente, eventualmente te marcharás en otra dirección, pero también te perderás lo que Dios tenía preparado para ti.

Cuando Dios quiere hacer algo que valga la pena, se tomará su tiempo, porque Él siempre guarda lo mejor para lo último. Necesitas aprender a esperar activamente en Dios preparándote y estando atento. Sí, puede ser muy frustrante, pero cuando lo que esperas se logra es como un árbol de vida. En la Biblia, el árbol de vida es un símbolo de la presencia de Dios que da vida tanto terrenal como celestial. En otras palabras, la esperanza lograda se convertirá en una fuente de vida física y espiritual de Dios en tu vida.

Padre Celestial ayúdame a esperar activamente en Ti, preparándome y estando atento. Ayúdame para que yo no cambie de dirección perdiéndome lo que Tú tienes para mí cuando me sienta frustrado o lleno de dolor. Gracias amado Dios, porque Tú me enseñas que la esperanza lograda se va a convertir en una fuente de vida física y espiritual Tuya para mi vida.