Transiciones: Por dentro y por fuera

La vida nunca se detiene, una etapa termina y otra comienza; siempre nos encontramos en una transición. Una transición es el período de tiempo entre una etapa y otra. Algunas transiciones son parte del curso natural de la vida, mientras que otras llegan sin invitación. El hecho es que las transiciones siempre son estresantes, pero especialmente aquellas que no buscábamos. Te despidieron y te encuentras en una transición difícil, tu pareja se marchó y te encuentra en una transición difícil. O bien, es la pérdida inesperada de un ser querido y estás en una transición horrible.

Aunque muchas veces no sabemos dónde o cuándo terminará la transición, lo que sí sabemos es que eventualmente llegaremos a una nueva normalidad. La pregunta es, ¿qué hago mientras tanto? Algunas veces nuestra respuesta es manipular o resistir. Pero una mejor respuesta es confiar en Dios, especialmente cuando te encuentras en una transición difícil. Porque es en las transiciones difíciles que Dios hace su mejor obra en nosotros y a través de nosotros.

José tenía solo diecisiete años cuando sus hermanos lo vendieron como esclavo y de repente se encontró dentro de una horrible transición que duró veintisiete años. Los primeros años los pasó como esclavo en Egipto y los siguientes los pasó en la cárcel. No fue hasta que José tenía treinta años que fue puesto en libertad y se convirtió en el segundo al mando en Egipto. Pero fueron otros catorce años más tarde cuando finalmente terminó su transición.

—No tengan miedo —les contestó José—. ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios? Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese  mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente.- Génesis 50: 19-20 NVI.

Al final, Dios usó la transición de José para convertirlo en el hombre más poderoso del mundo. Pero lo que Dios logró en José fue pequeño en comparación con lo que hizo a través de él. Dios no solo coloco a José como la persona más poderosa, sino que también lo usó para salvar a toda su familia de la muerte. Una familia que más tarde se convertiría en el pueblo de Israel, a través de la cual Dios eventualmente enviaría a Jesús nuestro Señor y Salvador a este mundo. ¡Increíble!

Lo que José logró hacer en su transición es lo que nosotros deberíamos hacer, reaccionar ante todas las injusticias, los sufrimientos y el dolor con la certeza de que Dios está en control. De esa manera le damos la oportunidad de hacer su mejor obra en nosotros y a través de nosotros.

Padre Celestial, sé que la manera a la que debo responder cuando me encuentre en una transición es confiando en ti, porque entiendo que es justo en las transiciones difíciles de mi vida que Tú haces tu mejor obra en mí y a través de mí. Gracias por el ejemplo de José, que me enseña cómo debo reaccionar en cualquier transición que me encuentre, por más difícil que sea, sabiendo que Tú estás en control.