¿Qué hacemos mientras Tanto?

Hace tan solo unas semanas estábamos celebrando una economía en auge, niveles récord de empleo y niveles récord en el mercado de valores. Luego, comenzamos a escuchar informes sobre un virus conocido como el Coronavirus en algún lugar de China, pero estaba demasiado lejos para preocuparnos. Ahora, han pasado tan solo unas cuentas semanas y el gobierno de los Estados Unidos declara que el Coronavirus es una emergencia nacional, la Organización Mundial de la Salud declara que el virus es una pandemia global y en un instante imprevisto la economía se detiene por completo. Muchos quedan desempleados y los mercados caen drásticamente. Y, aunque sabemos que esta crisis eventualmente terminará, la pregunta es, ¿qué hacemos mientras tanto?

Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. – Apóstol Pablo (Filipenses 4:6 NBLA).

Lo primero que el apóstol Pablo nos ordena que hagamos es no afanarnos. A lo que responderíamos, “camina en mis zapatos y luego dime que no me afane”. Pero permítanme recordarles que Pablo nos escribió estas instrucciones mientras estaba injustamente encarcelado y esperando una posible sentencia de muerte por predicar el evangelio. En segundo lugar, nos dice que debemos orar, pero no nuestra oración típica. Él nos dice que demos a “conocer” nuestras peticiones delante de Dios. La palabra “conocer” que Pablo usa significa descubrir o revelar, en otras palabras que a través de la oración revelemos la raíz de nuestras peticiones. Puede ser que le estés pidiendo a Dios que te sane, pero la pregunta es, ¿por qué? Tal vez estás orando por un milagro en tu matrimonio, ¿por qué? O tal vez es un milagro financiero y nuevamente, la pregunta es, ¿por qué?

 

Dentro de nuestras áreas de afán o ansiedades siempre hay un temor escondido, sin temores no tendríamos ansiedades, son los temores los que nos causan estar ansiosos. Entonces, para eliminar la ansiedad, primero tenemos que lidiar con ese temor que se esconde dentro de nosotros. Y, la forma de hacerlo es dar a “conocer nuestras peticiones delante de Dios y esto lo hacemos al revelarle nuestros más profundos temores. ¿Por qué quiero que Dios me sane? Porque temo morir. ¿Por qué quiero que Dios sane mi matrimonio? Porque temo estar solo. Y, ¿por qué quiero que Dios me conceda un milagro financiero? Porque temo perderlo todo. Siempre, debes llevar todas tus peticiones a Dios. Pero si desea eliminar la ansiedad, tendrás que orar de manera que le reveles ante Dios tus temores más profundos.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones (emociones) y sus mentes (pensamientos) en Cristo Jesús. – Apóstol Pablo (Filipenses 4: 7 NIV).

Padre celestial gracias por la paz que sobrepasa todo entendimiento y que sólo Tú me puedes dar en estos momentos que estamos viviendo a nivel global, esa paz que guarda mi corazón y mi mente, gracias porque Tú eres mi paz, mi refugio, mi torre fuerte. Te revelo mis temores más profundo amado Dios y en ti pongo toda mi confianza.