¿Quién te lo agradecerá?

El Día de Acción de Gracias es esa época del año en la que reflexionamos sobre todas las personas y cosas por las que deberíamos de estar agradecidos. Pero, ¿quién te dará las gracias a ti? ¿Y por qué te darán gracias? Si te preguntase, ¿por quién estás agradecido? Probablemente me contarías una historia sobre algo que alguien hizo por ti más allá de lo merecido o esperado. Me hablarías de cómo tus padres se sacrificaron por ti. Me contarías sobre una pareja que te amó aun cuando no eras muy amable. Me describirías una amistad que apareció cuando todos los demás se marcharon. Me dirías acerca de un extraño que no te debía nada, pero que sin embargo actuó amablemente contigo. Me contarías las historias de personas que utilizaron una parte de su tiempo, recursos, talentos y posición de una manera que trajo un beneficio a tu vida. Si me preguntaras a mí por quién estoy agradecido, la lista sería demasiado larga para compartir. Pero la persona por la que estoy más agradecido es Jesús, porque entregó Su vida por mí.  

La mayoría de las personas han escuchado o leído Juan 3:16 que dice:

» Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna».

Pero pocas personas han escuchado o nunca han leído 1 Juan 3:16 que dice:

“En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos”. 

La mejor manera de mostrar agradecimiento a las personas que nos han beneficiado es expresándoles verbalmente nuestra gratitud y luego hacer por los demás lo que otros han hecho por nosotros.

Cada día Dios nos da la oportunidad de escribir la historia de nuestras vidas. Y podemos usar el tiempo que nos ha dado y todos nuestros recursos de cualquier forma que elijamos. Pero si estamos realmente agradecidos, entonces deberíamos usarlos de una manera que haga que las personas vengan a decirnos: ¡GRACIAS!

¡Gracias amado Jesús por entregar tu vida por mí! sé que no hay manera de pagarte ese sacrificio tan grande, pero sí puedo agradecértelo todos los días de mi vida sirviendo a mis hermanos, haciendo por los demás lo que otros han hecho por mí. Ayúdame a utilizar mi tiempo y recursos de manera que te de la gloria a Ti.