Me debes

Todos los días va a haber algo o alguien con quien estar enojado. Cuando permites que las emociones negativas del enojo se asienten en tu corazón, incluso si es por un breve momento, le estas dando lugar a algo o alguien fuera de ti poder sobre ti. Ahora el enojo que se aloja dentro de ti manipula tus pensamientos, palabras y acciones.

El enojo dice “me debes”

El enojo dice, me arruinaste mi reputación, arruinaste mi familia, me robaste, me hiciste daño… ahora me debes. Me debes dinero, tiempo, me debes mi familia, mi reputación, me debes una disculpa.

Mientras la deuda quede sin pagar, el enojo permanece en el corazón y manipula nuestros pensamientos, palabras y acciones. A medida que pasa el tiempo, tendemos a olvidar la causa del enojo, pero cuando la presión de la vida aumenta, los pensamientos y las palabras negativas resurgen. El problema es que las personas que no tienen nada que ver con el problema ahora son los recipientes de tus palabras y acciones que están llenas del enojo que reside en tu corazón.

¿Cómo manejamos el enojo? La verdad es que no se puede. La única manera de lidiar completamente con la situación es remover el enojo que se ha alojado en tu corazón. La única forma de remover el enojo es cancelando la deuda, la única forma de cancelar la deuda es perdonando. El perdón no se extiende para el beneficio del receptor, el perdón se extiende para el beneficio del dador. Porque el perdón elimina el poder de las emociones negativas producto del enojo que algo o alguien fuera de ti ha estado ejerciendo sobre ti.

—Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces? —No siete veces —respondió Jesús—, sino setenta veces siete.- Mateo 18: 21-22 NTV.

Nunca deberías intentar manejar el enojo, el enojo se debería eliminar del todo. Debemos aprender a practicar el perdón tan a menudo como sea necesario, para que nunca permitamos que algo o alguien fuera de nosotros ejerza el control sobre nosotros.

Amado Padre Celestial sé que el perdonar es una elección y yo la elijo amado Dios, elijo perdonar a todo aquel que me deba algo, sin importar lo que me haya hecho, porque quiero obedecerte cuando me dices que sobre toda cosa guardada guarde mi corazón porque de él mana la vida. Gracias por mostrarme que el perdón me beneficia a mí siempre.